miércoles, 18 de julio de 2018

Dias de tormenta

Hay días que es difícil recordar quien eras, en medio del vahído del tiempo las personas que creías conocer se vuelven recuerdos cenicientos de una realidad lejana , fragmentada, inexistente . Si algo tengo claro a mis 45 años es que nada ha resultado como esperaba cuando era adolescente, en esa época pensaba que el mundo era como uno desease que fuese , que las personas me tratarían como yo las tratase , que los afectos verdaderos eran indestructibles y que cuando alguien te prometía algo las palabras se volvían un faro infranqueable alumbrando el camino, pero nada es así,la vida transcurre sin que te des cuenta , el tiempo se escapa de las manos y los sueños muchas veces con él , las personas mienten todo el tiempo, y los afectos más preciados de un instante a otro se transforman en una niebla húmeda que te cala los huesos y pudre la madera . Las palabras y las promesas se transforman con facilidad en ecos vacíos dando saltos en tu cabeza , sin duda nada es como yo esperaba yo tampoco soy quien esperaba al otro lado del anden . He muerto de tantas formas en los últimos años, me he llorado en tantos funerales desiertos , he escrito tantos epitafios distintos ,he mudado de piel en caminos salvajes y bajo aguas calmas y la única certeza que tengo es que voy alejándome de la costa irremediablemente . La tormenta barriendo caminos , alborotando calderas dormidas, obligándote a buscar refugio en subterráneos lóbregos y oscuros y al final de la tarde ya agobiada de sentir miedo, cual Doroty sin Mago y sin mundo de OZ, emerger desnuda y frágil de la tierra con una luna creciente tatuada en la espalda y unas cuantas flores a un costado del vientre, esa alimentada de penumbra y llovizna , de tardes brillantes luego del aguacero, de cielo cayéndose a pedazos en medio de ráfagas de viento y estruendo, esa rama sacudida con violencia que nunca se quiebra, esa sin duda soy yo, tal vez no quien quería ser , tal vez más de lo que esperaba ser.

miércoles, 11 de julio de 2018

Hay corazones y corazones

El otro día subí al ascensor con mi hijo , quedamos al fondo y como nunca quizás por la hora se detuvo varias veces recogiendo a más personas, cuando ya habían por lo menos 5 pasajeros , se detuvo nuevamente, al abrirse la puerta apareció la figura de un anciano y su bastón , miro hacia el interior y al ver la cantidad de gente se quedo inmóvil resignado tal vez a esperar por otro, las personas que estaban justo a la entrada del ascensor con ojos vacíos permanecieron inamovibles , obviando al anciano , sus dudas y hasta su existencia , mi hijo de pronto se movió desde el fondo impidió que la puerta se cerrara y estiro su mano tomando del brazo al anciano para que subiera, él caballero canoso y de movimientos lentos pareció sorprendido, pero al ver la firmeza con que lo sostenía mi hijo, le tomo la mano y con su ayuda entró, sin palabras, sin discursos pretenciosos de buena voluntad , ni reflexiones profundas mi hijo en un instante ordeno el mundo a la manera que debe ser , actuó, solo actuó, movido desde el lugar más sagrado y sabio que tenemos los seres humanos SU CORAZÓN. Yo permanecí en silencio emocionada una vez más por las lecciones de mi pequeño maestro, al llegar a nuestro piso bajamos , caminamos por el pasillo aún en silencio, metí la llave en la puerta y mirándolo le dije que estaba muy orgullosa de él , para mi sorpresa el preguntó con ingenuidad -¿Por qué?-entonces le explique que no todas las personas se hubiesen preocupado del anciano como lo había echo él, incrédulo volvió a preguntar -¿en serio mama crees que otros no lo hubiesen echo?- tristemente eso era lo que creía y había visto a diario en tantas ocasiones - si lo creo dije sonriendo- pero obvie las imágenes los recuerdos y la decepción , él no necesitaba de eso hoy,
hoy para mi tranquilidad lo guia su corazón.